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Nace en Boadilla la primera franquicia de paellas a domicilio

Carlos Arroces, la primera franquicia de paellas a domicilio, ha nacido tras la experiencia vivida en Boadilla del Monte, donde han vendido más de 20.000 paellas en los últimos año en los cuatros establecimientos que tiene actualmente abiertos.

Carlos Arroces, especializada en arroces premium por encargo, inicia su expansión en franquicia convirtiéndose en la primera enseña especializada en paellas de calidad por encargo y a domicilio.   La empresa ha comenzado su desarrollo nacional a través del sistema de franquicias, mediante el que espera finalizar el año con ocho establecimientos, de los cuales dos se pondrán en funcionamiento en las próximas semanas en Madrid.

La compañía comenzó su actividad en 2013 con la apertura de un local en Aravaca en el que elaboraban arroces y paellas siguiendo métodos de elaboración que se le trasmitieron a Carlos generación tras generación. Tras el éxito de esta primera unidad, la enseña abrió tres más (Mirasierra, Las Tablas y Boadilla del Monte) hasta conformar una red de cuatro Carlos Arroces actualmente operativos en Madrid.

Desde entonces Carlos Arroces ha comercializado más de 20.000 paellas y arroces. El modelo de negocio de la franquicias de hostelería Carlos Arroces se basa principalmente en la calidad de sus ingredientes y el respeto a las tradiciones de las comarcas de la Comunidad Valenciana.

Carlos Ripoll, propietario de la marca, cuenta con una larga experiencia de más de 25 años elaborando arroces y paellas, realizando colaboraciones no solo en España sino a nivel internacional en países como Suecia, Inglaterra o Singapur. La filosofía de la marca se basa en la elaboración siempre con ingredientes estrictamente seleccionados y de máxima calidad, contando con caldos y sofritos realizados bajo su marca propia.

Lo más innovador de la franquicia es la sencilla operatividad del negocio, que tiene un horario únicamente de fin de semana permitiendo al franquiciado un negocio rentable con tan solo dos días de trabajo a la semana. La inversión necesaria para poner en funcionamiento un Carlos Arroces parte de 80.000 euros para establecimientos con un mínimo de 65 metros cuadrados, ubicados en poblaciones con más de 20.000 habitantes.